La casa es preciosa, la cena que nos prepararon estuvo deliciosa. La insonorización de las habitaciones podría mejorarse.

a) Encanto histórico
b) Desayuno delicioso
c) Atención excepcional

a) Insonorización deficiente

No te pierdas la oportunidad de disfrutar de un delicioso desayuno con productos locales frescos cada mañana.

Pasamos un par de noches en un alojamiento muy acogedor, ideal para desconectar. La decoración era encantadora y nos encantó la sala común, donde disfrutamos de juegos como el ajedrez y el futbolín. Además, los desayunos eran sorprendentes, con zumo de naranja fresco y bizcocho casero, perfectos para empezar el día. Estuvimos muy cerca de la Cascada de Orbaneja, que se puede visitar a pie con un bonito paseo.

una experiencia maravillosa para explorar la ciudad y sus alrededores

Me encantó la decoración hermosa y el ambiente acogedor, además de estar a menos de 30 minutos a pie de la Cascada de Orbaneja y otros lugares impresionantes, lo que hizo que mis paseos fueran inolvidables. mi habitación era amplia y muy limpia con un balcón chulo, perfecto para disfrutar de mi café por la mañana en un ambiente tranquilo, aunque la insonorización podría mejorarse un poco.

Las instalaciones son amplias y cómodas, además la ducha es perfecta para relajarse después de explorar.

me sentí muy cómodo, no me puedo quejar

una experiencia acogedora y romántica

El trato del anfitrión fue inmejorable y nos ofrecieron una cena deliciosa a pesar de nuestra llegada tardía. La habitación era amplia y muy confortable, creando un ambiente cálido y perfecto para una escapada romántica.

La insonorización de las habitaciones podría mejorarse.

Me gustó que la habitación era amplia, pero faltaba una nevera.

El jardín es un espacio espectacular, ideal para relajarse. La atención de los propietarios es inmejorable y te hacen sentir como en casa desde el primer minuto. El desayuno con bizcochos caseros estaba riquísimo! !

La insonorización de las habitaciones podría mejorar un poco.

La decoración es encantadora y hay un ambiente acogedor que invita a disfrutar. El desayuno está lleno de productos locales y es simplemente delicioso, lo que hace que cada mañana sea especial. Sin embargo, la insonorización de las habitaciones podría mejorar un poco, ya que se escuchan ruidos de fuera. A pesar de esto, la hospitalidad de los propietarios es excepcional, siempre atentos a las necesidades de los huéspedes.

Los dueños son encantadores y me hicieron sentir como en casa. El ambiente es tan acogedor que podrías olvidarte de salir. ¡Despertar con vistas al jardín es de lujo!

Lo único malo fue que no podía quedarme más tiempo, ¡qué pena!

La Casona es un lugar acogedor con un jardín espectacular donde relajarse. Las habitaciones son amplias y tienen vistas a las montañas. El desayuno es simplemente delicioso, con productos frescos y bizcochos caseros que te alegran el día.

Insonorización mejorable.

La casa es espectacular, decorada con mucho encanto. La habitación abuhardillada fue un acierto, desde la que pudimos ver las estrellas. Disfrutamos de las tardes en la sala común jugando al futbolín y ajedrez. Los desayunos, preparados al momento, eran deliciosos, especialmente los bizcochos caseros. Los propietarios, Elisa y Carlos, fueron encantadores y siempre estuvieron atentos a nuestras necesidades, lo que nos hizo sentir como en casa.

La insonorización de las habitaciones podría mejorar. A veces se escuchaban ruidos de otras habitaciones que interrumpían la intimidad.

Las habitaciones son amplias y están bien cuidadas. La ducha en la habitaicón es perfecta para relajarse después de un día largo.

La insonorización parece ser un punto débil. se pueden escuchar ruidos de otras habitaciones, lo que puede interrumpir momentos de intimidad. No encontré una televisión en la Deluxe Queen Room, pero eso me hizo concentrarme más en mi pareja, aunque sería un buen extra para algunos.

La habitación que nos tocó fue la abuhardillada y nos encantó. Poder ver las estrellas desde el cuarto es un plus. El desayuno preparado al momento era muy rico, con bizcochos caseros de chuparse los dedos. Los propietarios, Elisa y Carlos, nos hicieron sentir como en casa desde el primer momento.

Que no tenía más días para poder disfrutarlo.